
Fernando de Acebedo quiere que sus hermanos descansen eternamente en esa capilla panteón con advocación a San Juan y encarga al ESCULTOR SORIANO GABRIEL DE PINEDO la construcción de cuatro estatuas funerarias orantes que les representen y que este ejecutará en alabastro. Los busltos instalados en el templo, permanecieron hasta que hace pocos años, por el deterioro del palacio fueron sacados. Las estatuas orantes han sido declaradas Bien de Interés Cultural.
El palacio actualmente se abate en el abandono absoluto, en un estado previo a la destrucción total. El patrimonio es de todos y todos debemos concienciarnos de que su desaparición es una tragedia.
Extractos de la Tribuna Libre publicada por Aurelio González de Riancho Colongues, del Centro de Estudios Montañeses, publicado en El Diario Montañés el 14 de abris de 2008.
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