
Donde el rey holgaba se denomina Huelgas, el lugar donde cesaba en el trabajo, estaba ocioso y se alegraba. La de camioneros tiene poco de lo anterior, tanto para los reyes del asfalto como para los sufridos ciudadanos. Puestos a pedir, que nos indiquen la ventanilla a la que tenemos que acudir para que nos compensen de tanto desasosiego y desabastecimiento.
La subida del petroleo enriquece a unos pocos y sangra al resto. Mientras nuestros políticos discuten si son crisis o recesiones, ya tenemos encima al oro negro llenándonos de pichi. Lo malo de la bicha es que morderá más a los que menos tienen, pero no sería justo que este rio revuelto fuera ganancia de unos pocos, los de siempre, los que más alto ladran y más bocinas tienen.
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