
Apiano, un historiador alejandrino del siglo II después de Cristo, que escribió en griego una historia de Roma, cuanta que, durante la larga guerra de Numancia, concretamente el año 137 antes de Cristo, estando al frente de las tropas romanas que asediaban la ciudad el cónsul Cayo Hostilio Manciano, se recibió en el campamento la noticia de que un poderoso ejército, formado por guerreros cántabros y vacceo, se acercaban con ánimo de auxiliar a los numantinos encerrados en su ciudad. La sola mención de los cántabros, pueblo belicoso de extraordinaria fama a causa de su bravura, produjo tal pavor al cónsul romano y a sus oficiales, que aquella mismo noche mandaron levantar sigilosamente el campo, que se hallaba en el actual cerro del Castillejo, para, amparados por la oscuridad, huir precipitadamente con sus tropas -20.000 hombres-, camino del valle del Ebro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario