lunes, 11 de enero de 2010

Cántabros en auxilio de Numancia II

Los numantinos, enterados de la huida, salieron de la ciudad en persecución del fugitivo ejército, consiguieron alcanzarlo en el desfiladero de Torretartajo e infringirle una contundente derrota, que obligó a Mancino a pedir paz, que notablemente le concedieron los numantinos. Nada nos dice Apiano de si los cántabros llegaron o no a tiempo para intervenir o la menos disfrutar de la vistoria, o si el anuncio de su presencia no fue más que un simple rumor interesado, pero sin fundamento alguno. En todo caso, el pueblo cántabro, emparentado étnicamente con los celtíberos, con quienes mantenía estrechas relaciones de trato y amistad, contribuyó por esta vez, de una forma u otra, a la humillante derrota del prepotente ejército romano, que durante diez años se estrelló contra los muros de la heroica ciudad de Numancia.

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