martes, 26 de enero de 2010

Un republicano con sotana (X)

Ataques

El canónigo de El Burgo de Osma no concurrió a las elecciones de 1933, que ganaron las derechas, pero volvió a la carga en un momento todavía más delicado, en 1936, cuando España estaba al borde del abismo. García Gallego ya tenía a la derecha segoviana en contra, y por ende, a los sectores católicos más recalcitrantes, que no soportaban sus críticas a José María Gil Robles, jefe de la CEDA. Desde 'El Adelantado', el periódico de Cano de Rueda, y 'La Ciudad y los Campos', el semanario de Acción Popular, el partido del marqués de Lozoya, se le lanzaron ataques furibundos que él no dudaba en replicar, aunque era la prensa progresista, sobre todo el 'Heraldo Segoviano', la que canalizaba sus argumentos. En abril de 1935, este semanario, dirigido por Carlos Martín Crespo, sale en defensa del sacerdote en medio de un clima especialmente crispado tras los sucesos de Asturias en octubre del año anterior: «Es verdaderamente bochornoso que seamos las personas de izquierdas las que tengamos que salir en defensa de un hombre de integridad indiscutible a quien la intransigencia de las derechas, que no toleran que se discuta su labor ( ), ha colocado en situación indefensa, viéndose imposibilitado para desvirtuar el falso concepto que de él han formado con sus órganos de prensa, enrareciéndole el ambiente desde el momento en que se destacó como persona capaz de eclipsar a muchos que se juzgan insustituibles».

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