miércoles, 19 de mayo de 2010

Un repblicano con sotana (XIII)

La prensa de Acción Popular, feliz ante la medida, propagó que García Gallego era un sacerdote destituido por el obispo en sus funciones presbiteriales, sin duda para restarle votos. Pérez Platero nunca perdonó a quien pensaba distinto y representaba un obstáculo para el triunfo de sus amigos monárquicos y agrarios. Hubo muchas personas católicas que, indignadas por el proceder del prelado, dejaron de ir a la iglesia, pero la decisión estaba tomada y acabó perjudicando electoralmente al sacerdote independiente, pues García Gallego sólo obtuvo 9.602 votos frente a los 38.041 de Juan de Contreras, marqués de Lozoya; los 38.640 de Jiménez Fernández y los 29.864 de Cano de Rueda, los candidatos derechistas, que lograron entrar en el Congreso junto al aspirante del Frente Popular de izquierdas Arturo Martín de Nicolás, que sumó 25.853 sufragios. Turégano se volcó en una masiva manifestación de cariño en desagravio de la afrenta del obispo.

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