miércoles, 30 de junio de 2010

Beato Bertrán de Garriga (XI)


Mientras Fr. Domingo se encontró ausente, Bertrán de Garriga recibió algunos compañeros más en la comunidad, pues según las crónicas, al regresar Domingo de Roma, la pequeña familia religiosa había aumentado, eran ya dieciséis... En el mes de febrero de 1216 estaba Fr. Domingo de vuelta en Tolosa con su comunidad. La Cuaresma la consagraron a la predicación, y después, durante las fiestas de Pascua-seguramente en el convento de Prulla-, se dedicaron a tratar los problemas de la fundación y las sugerencias hechas a Fr. Domingo por el papa y el cardenal Hugolino. En primer lugar eligieron por regla la de San Agustín. Una vez escogida la regla y redactadas las constituciones, urgía la erección del primer convento sobre el que recaería directamente la aprobación del pontífice. El obispo Fulco, con asentimiento del cabildo, otorgó a Fr. Domingo y sus frailes la capilla de San Román, junto a la cual levantaron el convento. Pero, estando ocupados de la fundación, llegó la noticia de la muerte de Inocencio III y la designación de Honorio III como sucesor en el pontificado. No demoró más Fr. Domingo su viaje a Roma, presentando al nuevo papa la causa de su Orden. La acogida no pudo ser mejor. Honorio III confirmó la Orden de los Hermanos Predicadores y la tomó bajo su especial protección.

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