sábado, 28 de agosto de 2010

Beato Bertrán de Garriga (XIII)


Domingo reunió a sus hijos en el monasterio de Prulla para que Nuestra Señora, que había alcanzado del Señor la fundación de la Orden, bendijera la dispresión de los frailes por el mundo. Tuvo lugar precisamente aquel "Pentecostés dominicano" en la fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen del año 1217. Después de la más tierna y patética de las despedidas, marcharon cuatro frailes hacia España y siete a París; Fr. Mateo de Francia iba como superior de la nueva comunidad de París, y con él salió Fr. Bertrán de Garriga, a quien el Beato Jordán presenta en este momento como "varón de gran santidad y de un rigor inexorable para consigo, acérrimo motificador de su carne, que había copiado en muchas cosas la vida ejemplar de su maestro Santo Domingo". Con ellos iban otros dos frailes para estudiar en la Universidad. Uno de ellos, Fr. Lorenzo de Inglaterra, antes de entrar en París tuvo una visión, revelándole el Señor muchas noticias acerca de la fundación, lugar del convento y prosperidad de la comunidad, que pronto se vería favorecida con selectas vocaciones. Los otros tres compañeros destinados a París, entre los que se encontraba Fr. Manés, hermano de Santo Domingo, habían llegado antes. Todos ellos marchaban con le mismo fin: "para estudiar, predicar y fundar un convento".

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