MADRES, MAESTRAS Y HASTA MÉDICAS
Sor Estéfana y Sor María pusieron en marcha el antiguo asilo de ancianos de Cabezón de la Sal
DURANTE MEDIO SIGLO, ESTAS DOS "MONJAS" HAN TRABAJADO AL SERVICIO DE LOS VECINOS MÁS NECESITADOS DEL PUEBLO
Sor Estéfana y sor María rompen el molde y la idea prefijaba que todos tenemos de una monja. Hace setenta y cinco años, sor Estéfana llegó a Cabezón de la Sal desde Madrid después de "escuchar la llamada del Señor". Sor Estéfana habla rápido y sin parar. Tiene 96 años y utiliza un andador, al que llama 'mi coche' para poder moverse. Entre frase y frase, sor María, de 95 años, la interrumpe para participar en la conversación.
Durante medio siglo, sor María y sor Estéfana fueron un poco madres, profesoras, hermanas e incluso médicas de muchos vecinos de Cabezón. Cuando ahora pasean por los jardines de la Residencia de la Sagrada Familia de Carrejo recuerdan que esta tierra fue su sustento durante muchos años.
La Corporación de Cabezón de la Sal reconoció en 1998 la labor de sor Estéfana a quien nombró Hija Adoptiva. "Para ayudar a los demás a veces tenías que poner buena cara aunque estuvieras mal por dentro y en vez de acotarte a las nueve de la noche, no te podías ir a dormir hasta la una de la madrugada", reconoce sor María, quien pese a su edad sigue, a su manera, trabajando por los demás.
Aunque admiten que fueron los más humildes quienes les ayudaron a ellas durante la Guerra Civil. "Cuando vinieron a pedirnos cuantas no nos hicieron nada porque éramos lo único que tenían los pobres del pueblo", subrayan.
Lucía Alcolea (El Diario Montañés) 10-10-11 / Foto: Javier Rosendo
http://www.eldiariomontanes.es/
Sor Estéfana y Sor María pusieron en marcha el antiguo asilo de ancianos de Cabezón de la Sal
DURANTE MEDIO SIGLO, ESTAS DOS "MONJAS" HAN TRABAJADO AL SERVICIO DE LOS VECINOS MÁS NECESITADOS DEL PUEBLO
Sor Estéfana y sor María rompen el molde y la idea prefijaba que todos tenemos de una monja. Hace setenta y cinco años, sor Estéfana llegó a Cabezón de la Sal desde Madrid después de "escuchar la llamada del Señor". Sor Estéfana habla rápido y sin parar. Tiene 96 años y utiliza un andador, al que llama 'mi coche' para poder moverse. Entre frase y frase, sor María, de 95 años, la interrumpe para participar en la conversación.
Durante medio siglo, sor María y sor Estéfana fueron un poco madres, profesoras, hermanas e incluso médicas de muchos vecinos de Cabezón. Cuando ahora pasean por los jardines de la Residencia de la Sagrada Familia de Carrejo recuerdan que esta tierra fue su sustento durante muchos años.
La Corporación de Cabezón de la Sal reconoció en 1998 la labor de sor Estéfana a quien nombró Hija Adoptiva. "Para ayudar a los demás a veces tenías que poner buena cara aunque estuvieras mal por dentro y en vez de acotarte a las nueve de la noche, no te podías ir a dormir hasta la una de la madrugada", reconoce sor María, quien pese a su edad sigue, a su manera, trabajando por los demás.
Aunque admiten que fueron los más humildes quienes les ayudaron a ellas durante la Guerra Civil. "Cuando vinieron a pedirnos cuantas no nos hicieron nada porque éramos lo único que tenían los pobres del pueblo", subrayan.
Lucía Alcolea (El Diario Montañés) 10-10-11 / Foto: Javier Rosendo
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