lunes, 17 de septiembre de 2012

San Juan Masías (XV)


Los portentos que en vida había obrado el siervo de Dios, la pública voz y fama de sus virtudes y la devoción general, enfervorizada aún más después de su tránsito ante el creciente número de prodigios que seguía consumando en cuantos acudían a solicitar su intercesión, movieron a sus hermanos de Orden a interesar de las autoridades eclesiásticas la apertura de informaciones fundadas en la virtud, pureza de vida y milagros del lego Masías a fin de ponerlas a los pies del pontífice e imperar que fuese incluido en el catálogo de los escogidos. Declararon más de 150 testigos, y todos coincidieron en ponderar la virtud santa y ejemplar del caritativo religioso.

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