lunes, 24 de septiembre de 2012

Taller de Restauración (I)


MONJAS, RESTAURADORAS Y REPOSTERAS

Las Clarisas de Santillana tienen el único taller de Cantabria de restauración de obras de arte

EN CLAUSURA, TRABAJAN LOS GRANDES LIENZOS Y ESCULTURAS CON LA MISMA NATURALIDAD CON LA QUE ELABORAN SU REFINADA REPOSTERÍA

Sor Pilar es una hermana Clarisa, recogida, amable y firme, sonriente y sabia, que lleva 50 años en la clausura de su convento "desde que cumplí 21 años".

Desde la más estricta humildad, hablando de Arte, dejaría en silencio a más de un empingorotado por su profundo saber, nada académico y sí muy pegado a la realidad, porque por sus manos pasan grandiosas y sencillas obras de arte.

La congregación de las Hermanas Clarisas de Santillana del Mar, que forman 21 religiosas, vive en el Monasterio adosado al Museo Diocesano Regina Coeli.

El taller de restauración nació en el año 1970 con el fin de recuperar todas las obras religiosas de Cantabria, especialmente aquellas que tenían como destino el Museo Regina Coeli.

Tiempo, concentración y paciencia, "y orar con y en nuestro trabajo", precisa sor Pilar, es la receta que aplican estas monjas, de manos de cristal, por las que han pasado casi todas las joyas artísticas, litúrgicas y civiles de Cantabria.

No tratan libros ni muebles, pero sí pintura, escultura, cerámica, iconos, retablos, esmaltes..., arte no sólo encargado por instituciones religiosas, monasterios y otros museos, sino también por particulares, "tenemos clientes de toda España. De Sevilla, Bilbao -en este caso a camiones-, Cádiz, Madrid, Palencia, Burgos...".

Cuentan una de las muchísimas anécdotas que atesoran. Relatan otra de las muchas experiencias vividas, como cuando Caja Cantabria les llevó un cuadro que tenían catalogado como la figura de Fray Paravicino, pintado por El Greco.

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