martes, 30 de octubre de 2012
Alberto Pico (II)
UN PÁRROCO DE SALITRE (II)
Es difícil condensar en un párrafo el significado de un hombre tan cargado de definiciones. Fue marino con objetivo en mente y después cura de pueblo. Maestro de niños empeñado en construir un nuevo modelo de enseñanza con menos lecciones de carrerilla y más humanidad. Cura sin complejo de cura unido personalmente a las corrientes de opinión del padre Llanos o del padre Alegría -que se marcharon a vivir al Pozo del Tío Raimundo- o de Jesús Aguirre, el sacerdote intelectual que acabó casado con la Duquesa de Alba. Pero, sobre todo, vecino y hombre de un Barrio Pesquero que ayudó a transformar. Del destino para aquellos hombres y mujeres 'desalojados' de un centro que les miraba por encima del hombro a lugar habitable. Y todas estas frases surgen de una mañana de trote por las calles que toman su nombre de los personajes de Sotileza.
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