UN CUARTO DE SIGLO DE MISIONERO EN ÁFRICA: "MI CORAZÓN LO TENGO ALLÍ"
El sacerdote reinosano Carlos Gangas explica que "hay que saber escuchar" y recuerda cómo ayudó a crear cooperativas y microcréditos para los más desfavorecidos
"Los años vividos en África no se pueden resumir... Es la vida vivida allí. Y lo mejor es la gente"
Dice que ahora vive en Reinosa, pero sin solución de continuidad confiesa su verdad: "El corazón lo tengo allí". Gangas ha vivido más de 25 años trabajando en proyectos para el desarrollo en diferentes países de África, una nómina en la que se equiparan Mozambique y Togo o el Chad, su último destino, donde residió seis años.
Lejos de rellenar su memoria de anécdotas -que colmarían celebraciones del Día del Domund- Gangas recupera con cada palabra su vida compartida y compara. Hacha la igualdad imposible, el sacerdote campurriano rememora los proyectos emprendidos.
En su etapa en Chad, el trabajo diario se dirigió a la creación de cooperativas agrícolas y productivas. "Son cooperativas- explica- distintas a lo que nosotros conocemos como cooperativa, porque son asociaciones de grupos, no de personas.
El sacerdote de la diócesis santanderina tiene claro que África requiere una mirada "global". Aquello de que "no des peces, enséñalos a pescar", es una realidad que Gangas ha vivido en primera persona.
¿Resumen de una vida de misionero? Gangas apunta un "imposible de descubrir", aunque su maleta está llena de algo tan 'simple' como "la vida vivida allí y esa no se puede explicar, no se puede resumir. Lo mejor es la gente".
Blanca Carbonell (El Diario Montañés) 22-10-12
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