martes, 28 de abril de 2015
Manuel Herrero
EL SÚBITO TRÁNSITO DEL PADRE MANUEL
En 5 meses cambió El sardinero por el Pesquero y se convirtió en primera autoridad de la Iglesia en Cantabria
Está en "tiempo de silencio" y todo lo publicado sobre él es en contra de su voluntad
"Se nota que es muy querido porque los sábados viene a la eucaristía gente de El Sardinero. Le añoran"
Era la víspera de Nochebuena. El padre Manuel confesó que no quería ser administrador diocesano. "Por deseo propio no habría aceptado" -escribió en una carta de saludo a la comunidad católica difundida ese día-, "pero San Agustín nos enseña: si la madre Iglesia reclama vuestro concurso (...) no huyáis del trabajo con torpe desidia, obedeced a Dios con humilde corazón".
El nombramiento remató un año extraordinariamente agitado en la vida de este agustino, de carácter afable, que a sus 67 años ha cobrado un protagonismo inesperado, y esquivado porque no le gusta retratarse en los medios de comunicación.
Manuel Herrero Fernández ya era la segunda autoridad eclesiástica, vicario general. Además cinco meses antes había sido nombrado párroco del Barrio Pesquero. Fue un cambio radical. Cambiar El Sardinero por el Barrio Pesqueo es pasar de la cultura marítima del yate a la marinera de la pesca.
El padre Manuel se crio en Serdio. Sus padres, Manuel y Perfecta, le enviaron a estudiar a la escuela del pueblo y después al instituto Marqués de Santillana de Torrelavega. Conforme avanzaba en su formación, cada vez más kilómetros le distanciaban de la casa familiar de Serdio.
Tenía 37 años cunado regresó al norte para dar clases en los agustinos y en el seminario de Corbán. Transcurridos los cuatro años como consejero de la orden en Madrid, retomó su parroquia en Santander. El obispo Vilaplana le eligió como vicario general.
El nombramiento del obispo número 18 de la diócesis de Santander -podría ser él mismo- puede alargarse hasta un año. El padre Manuel está demasiado ocupado. Llegó en un momento delicado a un barrio que le recibió con escepticismo. Las misas son distintas. "Aquí hemos conocido otro tipo de iglesia, a ésta le importamos un bledo", critica un vecino. El padre Manuel, sin estridencias, está siguiendo la labor social que se hacia.
El Perfil
Olga Agüero (El Diario Montañés) 22-03-15
www.eldiariomontanes.es
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