La Virgen y la réplica del Cristo de Juan de Juni se unen para despedir los actos religiosos
Se cierran los actos de una Semana Santa de buen tiempo y alta participación.
Con un sol radiante y altas temperaturas despidió El Burgo de Osma, en la mañana de este domingo, los actos de Semana Santa con la procesión del Encuentro y la misa de Domingo de Resurrección ante una localidad que estaba abarrotada de vecinos y visitantes.
Como cada año, la procesión partió de la parroquia de San Antón con la banda de Amigos del Burgo y la comitiva oficial acompañando el paso de la Virgen de la Alegría todavía cubierta con el manto de luto, por la calle Marqués de Vadillo, rumbo a la Plaza de Mayor, para desembocar en el foro burgense en la calle Banda de Música y encontrarse con el Cristo resucitado.
A la misma hora había partido la comitiva eclesiástica, presidida por el obispo de la Diócesis, Gerardo Melgar Viciosa, desde la Catedral hacia la Plaza Mayor, a lo largo de la calle Mayor, acompañando el paso del Cristo resucitado que es una réplica de la obra de Juan de Juni que se conserva en la Seo burgense y que recoge la simbología de esta fiesta.
Al llegar a la plaza Mayor se encontraron ambas imágenes, ante un público que llenó el espacio tras las barandillas para contemplar la subasta de banzos y conocer cuánto se ofrecía por quitar el manto de luto a la Virgen de la Alegría ante el encuentro con su hijo resucitado.
Como cada año, la procesión partió de la parroquia de San Antón con la banda de Amigos del Burgo y la comitiva oficial acompañando el paso de la Virgen de la Alegría todavía cubierta con el manto de luto, por la calle Marqués de Vadillo, rumbo a la Plaza de Mayor, para desembocar en el foro burgense en la calle Banda de Música y encontrarse con el Cristo resucitado.
A la misma hora había partido la comitiva eclesiástica, presidida por el obispo de la Diócesis, Gerardo Melgar Viciosa, desde la Catedral hacia la Plaza Mayor, a lo largo de la calle Mayor, acompañando el paso del Cristo resucitado que es una réplica de la obra de Juan de Juni que se conserva en la Seo burgense y que recoge la simbología de esta fiesta.
Al llegar a la plaza Mayor se encontraron ambas imágenes, ante un público que llenó el espacio tras las barandillas para contemplar la subasta de banzos y conocer cuánto se ofrecía por quitar el manto de luto a la Virgen de la Alegría ante el encuentro con su hijo resucitado.
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