jueves, 14 de julio de 2016

Ramadán


ENTRE EL ALBA Y EL OCASO

La comunidad islámica afincada en Cantabria celebra el Ramadán hasta el 6 de julio

Los musulmanes tienen prohibido comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales entre la salida y la puesta del sol

5.000 musulmanes están llamdos a practicar el Ramadán en la comunidad autónoma de Cantabria

La abstinencia, uno de los cinco pilares del Islam

Cerca de 5.000 musulmanes residentes en Cantabria, la mayoría de ellos afincados en Santander, Torrelavega y Los Corrales, celebran ene stos días el ramadán, tiempo de abstinencia obligatoria en el que todos sus practicantes ponene a prueba su capacidad de sacrificio, adoración y entrega a Dios.

Ramadán es el noveno mes del calendario islámico, que tiene doce, los mismos que el gregoriano, pero no se rige por el solo sino por la luna, de ahí que el año musulmán tenga once días menos que el cristiano y que sus meses, de 29 o 30 días, cambien cíclicamente de estación.

Según el credo de los mahometanos, que no viven en el año 2016 sino en el año 1437 de la Hégira -la emigración de los musulmanes de La Meca a Medina producida durante el año 622 de la era cristiana- el profeta Muhammamd (Mahoma) recibió la primera revelación del Corán en ese mes del año, ramadán, tiempo que la comunidad islámica dedica a purificar su alma y su cuerpo aumentando las horas de oración y practicando ayuno (swan) desde el alba hasta el ocaso.

Encumbrado por el Eid al Fitr, la fiesta que pone fin a la abstinencia, y marcado por la Lailat al Qadr, la noche que recuerda la efeméride, el ramadán se celebra esta año entre los días 6 de junio y 6 de julio, periodo en el que los musulmanes tienen terminantemente prohibido comer, beber, fumar y mantener relaciones carnales desde que sales hasta que se pone el sol. Por supuesto hay excepciones. Considerado un acto de sacrificio, el ayuno tiene varios objetivos.

Si acaso se levantan más temprano de lo habitual, de madrugada, para no perder la hora del desayuno y afrontar con la energía suficiente una jornada en la que no ingerirán más alimentos hasta el ocaso, lo cual puede resultar un calvario dependiendo de la época del año en que caiga el ramadán.

Para evitar una caída de glucosa que provocaría bajadas de tensión y dolores de cabeza, los musulmanes desayunan productos ricos en azúcares naturales. Con eso tienen que aguantar el resto del día.

Es la hora del iftar, momento en el que los musulmanes se sientan a la mesa. Entre los productos hay dátiles y leche.

Nacho González ucelay / Foto: María Gil lastra (El Diario Montañés) 19-06-16

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