25 de febrero. +
II DOMINGO DE CUARESMA.
- Gén 22, 1-2. 9a. 10-13. 15-18. El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.
- Sal 115. Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos.
- Rom 8, 31b-34. Dios no se reservó a su propio Hijo.
- Mc 9, 2-10. Este es mi Hijo, el amado.
Pasamos del desierto y la tentación del primer domingo a la elevación y transfiguración de este segundo domingo. Este Jesús que conoce nuestros desiertos y tentaciones e nos presenta resplandeciente, para iluminarnos con su verdad. Esta verdad pasa por la cruz, y pide de nosotros una mirada limpia para contemplar su rostro con esperanza de que caminaremos en su presencia en el país de los vivos. Jesús mismo es la revelación de Dios y su rostro transfigurado es el rostro misericordioso de Dios. Solo con nuestras fuerzas no podemos contemplar el rostro del Señor, nos tenemos que dejar guiar por la gracias que el Señor nos otorga en la vida espiritual que se manifiesta en los sacramentos y en la oración se su Iglesia.
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