VIVIR LA FE EN LA CULTURA DEL ENTRETENIMIENTO Y LA DIVERSIÓN
Por el camino del conformismo y la apatía desembocamos una y otra vez en la banalidad
Nos invaden la rutina, la pérdida de hondura, la falta de seriedad con la vida, en definitiva. En la posmodernidad, la verdad es suplantada por las opiniones o, mejor, las sensaciones. La cultura del 'divertimento' arranca del corazón del ser humano las grandes cuestiones que le permiten encontrar a la vida un sentido.
El cristiano en la cultura del entretenimiento y la diversión tiene que ser, en muchos aspectos, contracultural porque en su creer y vivir ofrece alternativas frente al entorno dominante.
Manuel Sánchez Monge, obispo de Santander
Opinión / El Diario Montañés / 26-06-21
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