martes, 8 de julio de 2008

TOMA DE POSESIÓN DEL NUEVO OBISPO DE OSMA-SORIA


SANDRA DE PABLO. (Heraldo de Soria).El Burgo de Osma | En este día tan importante quiero deciros que cuento con todos vosotros para que este ministerio episcopal que se me ha confiado produzca auténticos frutos en esta iglesia particular de Osma Soria". Añadió el nuevo prelado que cuenta con la colaboración de los sacerdotes y los contemplativos y tuvo palabras de cariño a los seminaristas.

Monseñor Melgar Viciosa no olvidó el saludo a las autoridades llegadas desde Palencia y a las de la provincia de Soria. A los sorianos anunció que colaborará desde la responsabilidad y el respeto "que nos debemos los unos a los otros" y pidió especialmente que "sigan poniendo todo su empeño y cuanto esté en su mano para que en Soria se creen esas infraestructuras necesarias que faciliten el desarrollo industrial de esta provincia, desarrollo que frenará la despoblación de la misma y potenciará la permanencia de los jóvenes en ella con un trabajo estable y esperanzador".

En sus palabras, el nuevo prelado también se acordó de los enfermos y los ancianos y mostró su cercanía con las familias. Concluyó su alocución recordando que "vengo a vosotros con una ilusión y esperanza que se irá agrandando cada día con la colaboración y la entrega de cada uno en su puesto y en la misión que Dios le ha confiado".

El nuevo obispo estuvo acompañado por casi una cuarentena de sacerdotes tanto palentinos como sorianos. El nuncio de su Santidad en España, Manuel Monteiro de Castro, presidió una celebración a la que tampoco faltaron otros prelados significativos para la diócesis. Estuvo el obispo de Santander y anterior obispo de Osma Soria, Vicente Jiménez Zamora; el obispo de Pamplona, Francisco Pérez González; el arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez Plaza; el de Segorbe Castellón, Casimiro Lopez Llorente; el de Palencia, José Ignacio Munilla; el de Madrid, Antonio María Rouco Varela y el de Toledo, Antonio Cañizares.

Entre los políticos no faltaron el vicepresidente del Senado, Juan José Lucas; el subdelegado del Gobierno, Germán Andrés; el delegado de la Junta; Carlos de la Casa; el presidente de la Diputación, Domingo Heras; el alcalde de El Burgo; Antonio Pardo y muchos otros representantes de Soria y la Villa Episcopal. Los bancos centrales del templo estaban ocupados por la familia de Gerardo y por comunidades religiosas y movimientos de la iglesia.

La llegada del nuevo prelado al templo tuvo lugar después de un pasacalles desde la plaza Mayor acompañado por las autoridades y la banda de la Asociación Musical Amigos de El Burgo de Osma. Monseñor Melgar Viciosa realizó ese trayecto acompañado por los aplausos y muestras de cariño de los burgenses. Una vez en el templo y, tras ser recibido por el cabildo catedralicio, se dirigió a las Sacristía Mayor a revestirse con la música de fondo de las corales Federico Olmeda y Extrema Dauri.

Tras la procesión de entrada hasta el altar Mayor, tomó la palabra el administrador diocesano David Gonzalo Millán que comentó la gratitud de la diócesis por el nombramiento de Gerardo al que "acogemos con cariño y respeto". David repasó la historia de la diócesis, sus principales santos y la situación actual de la misma. El canónigo Emiliano del Cura dio lectura al nombramiento de Melgar firmado por el Papa Benedicto XVI el 1 de mayo. Por su parte, el nuncio Manuel Monteiro reconoció la labor desarrollada por Vicente Jiménez Zamora durante sus años como obispo y agradeció el trabajo de David Gonzalo como administrador diocesano en los últimos meses.

El rito de ordenación propiamente dicho arrancó con las promesas del elegido a las que siguieron el canto de las letanías con Gerardo tumbado sobre el Altar. Tras la oración consagratoria del Obispo se unció al mismo con el santo Crisma. A continuación, y según iba narrando el canónigo Tomás Otero, recibió el libro de los evangelios y se le impuso el anillo como símbolo de entrega fiel y total de su corazón y su vida a la Iglesia. Además, se le entregó la Mitra como símbolo de preeminencia del obispo y el báculo que recuerda al cayado del pastor y "simboliza la labor del obispo de Cristo Buen Pastor cuidando de su rebaño".

Tras la ordenación tomó posesión de la diócesis sentándose en la cátedra "desde la que presidirá las celebraciones litúrgicas". En ese momento los presentes interrumpieron la eucaristía con un gran aplauso. Seguidamente, como símbolo de la comunión fraterna, recibió el abrazo de los obispos muy especialmente de Vicente Jiménez Zamora, momento en el que de nuevo la catedral rompió en aplausos. A partir de ese punto continuó la celebración de la eucaristía con normalidad pero ya presidida por el nuevo prelado. Una vez que concluyó la comunión, Gerardo, acompañado de su antecesor, Vicente Jiménez Zamora y de su obispo de origen, José Ignacio Munilla, recorrió el pasillo de la nave central bendiciendo a sus nuevos diocesanos.

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