
Dirigida por San Francisco, fundó la segunda Orden franciscana para mujeres (Clarisas), de gran auteridad y pobreza, y extensamente propagada en la Iglesia. Obró en vida grandes prodigios; entre otros, rechazó el ataque de los sarracenos a su convento con sólo presentarles la Sagrada Eucaristía y decir: "¡No entregues, Señor, a las bestias las almas que te alaban! ¡Guarda a tus siervas que reimiste con tu preciosa Sangre!".
Santoral:
Santa Clara, virgen; Santa Susana de Braga, virgen y mártir; y Traslación de San Froilán, obispo.
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