jueves, 15 de enero de 2009

La Cucharrena


Vista de la Catedral de Ávila desde las murallas.

Dice Nelson Mandela, que una de nuestras armas más poderosas es el diálogo. En Palestina la tozuda realidad nos vuelve a demostrar que cuando dos nos quieren este diálogo se convierte de sordos.

Da escalofrios pensar que los israelies cuando matan niños y niñas palestinos solo ven futuros terroristas eliminados. El mismo principio que siguieron los nazis para masacrar a los niños y niñas judios en los campos de concentración. Religión y guerra, templo y muralla, otra vez mezcla explosiva ¿en nombre de que Dios?

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