jueves, 16 de julio de 2009

SANTA JUANA DE AZA (VIII)

Sí, el vino. Don Félix tenía una cuba de vino generoso, que por lo visto-por lo que luego veremos-apreciaba especialmente. El vino alegra el corazón del hombre (¿no está en la Escritura esto?), y el corazón valeroso de D. Félix, señor de la villa de Caleruega, sin duda sentía de vez en cuando, acaso en los ratos de descanso y de fatiga, la necesidad de ser confortado con un vaso de aquel buen vino.

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