
"CANTABRIA NO ES CASTILLA, PERO NO ANDAMOS MAL DE PATRIMONIO
JOSÉ MARÍA RUIZ DELEGADO DE PATRIMONIO CULTURAL DE LA DIÓCESIS DE SANTANDER
Liébana y Valderredible son las comarcas con más valor cultual arquitectónico como conjunto.
"Las iglesias deben provocar emociones y nosotros debemos aducar para evangelizar a través de lo bello"
José María Ruiz nació en Susilla (Valderredible) hace 64 años. Lo de la vocación vendría más tarde y en su caso llegó para quedarse. Pero no sólo atiende a su parroquia, él es también el delegado de Patrimonio Cultual de la Diócesis. Y es que en Cantabria hay cerca de 1.200 templos entre iglesias y ermitas. Las cuentas le salen fácil "hay, al menos, tantas iglesias como pueblos, y en muchos de ellos, además, alguna que otra ermita.
No podría jugar a eso de elegir. Defiende su gesto amable afirmando que en realidad no hay un templo que destaque especialmente sobre el resto. Aún así habla con orgullo de la Catedral, de las colegiatas de Santillana del Mar, San Martín de Elines, Castañeda, Santa María de Valverde... y por supuesto de la iglesia de Castrillo de Valdelomar, el templo desde el que el valluco asegura que se tiene una vista de su tierra como pocas.
Todo el que posee un buen patrimonio sabe, sobre todo si la herencia viene de lejos, que el único problema está en el dinero que se necesita para conservarlo, porque por lo demás es un gusto que sea tuyo. Con este panorama, lo que la Iglesia hace es, como cualquier otro hijo de vecino, establecer prioridades. En esta situación, el responsable de la Diócesis no duda en afirmar que el patrimonio en cierta forma desborda a al Iglesia, que es una riqueza pero también una carga, y que él echa de menos la utilidad pastoral de todos estos edificios.
Y es que este delegado de Patrimonio sabe que la Iglesia se enfrenta a una labor cuantiosa en unos tiempos en los que, se teme, el arte ha dejado de ser un vehículo de evangelización. En esta tesitura, consciente de que vivimos en un mundo en el que el valor de lo simbólico ya no es el que era, José María Ruiz aboga por recuperar esa vía. Antes los retablos eran libros de catequesis, ahora la mayor parte los mira y a la mayoría no les dice nada. Hasta ahí, por lo que serefiere a la evangelización que él destaca como le asunto con mayúsculas.
I. Cuesta (El Diario Montañés) 13-12-09
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