lunes, 17 de mayo de 2010

Un repblicano con sotana (XII)


Las maniobras del clero y la derecha local para menguar las posibilidades de García Gallego no cesaron en los días previos a la contienda electoral. En realidad, temían que el liberal «disfrazado de cura» acabara recabando sufragios que consideraban suyos, y el peligro de perder votos femeninos pesaba en el ánimo de los ultraconservadores. Días antes de las elecciones, el obispo de Segovia, Luciano Pérez Platero, beligerante como pocos contra las reformas republicanas, suspendía al sacerdote de dar misa y ejercer los actos divinos por haberse proclamado candidato a diputado y hacer propaganda política sin su autorización ni la del prelado de El Burgo de Osma.

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