Retablo mayor, Convento de la Santa. Casa natal (Ávila)
Se nos termina agosto y con él a muchos las vacaciones y hasta la sensación de seguir participando de la estación estival. Este año cuatro temas han centrado las noticias. La crisis ha llegado y nos hemos quedado como las vacas mirando al tren, yo de mayor quiero ser economista, para que me paguen por explicar que tiene la culpa de la crisis, estos como adivinos no les llegaba el sueldo al día 5 de cada mes. Como antídoto perfecto hemos disfrutado de las Olimpiadas, esta vez un trabajo de chinos.
El accidente aéreo de Barajas nos ha traido a la dura realidad, nadie tiene asegurado el billete a la tercera edad, en una sociedad tan tecnificada y con tanta fe en la ciencia, la realidad es cabezona, como las resacas, y tiene como manía hacernos poner los pies en el suelo. Por último una nueva guerra, tan vieja como el hombre y tan parecida a la siguiente. A Georgia la quieren dividir como taquitos de jamón, invocando los rusos lo que los americanos para Kosovo. Poca solución tiene la cosa mientras existan más gente dedicada a fabricar armas que a rezar en las iglesias.
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