Restos del Hospital de Santa Escolástica, Ávila
Tenemos a la economía con muy mal color, parece que al final el cirujano Estado tarde o temprano tendra que intervemir en más de una operación a vida o muerte. Pero una vez metidos en el tunel de las penas económicas lo único que pedimos es que alguién nos señale la dirección a seguir para encontrar la salida, que uno espera no vuelva a estar en hormigonar el litoral y demás patrimonios naturales.
Habrá que decidir que hacer con la carrera que ha demostrado con más fuerza que no sirve para nada, hasta por encima de la de los políticos, la de los economistas. Deben estar rompiendose el cráneo para decidir el porqué estamos así, incapaces de intuir una posible solución a tanta desaceleración,que sea un poquito más elevada que la reiterada muletilla de abaratar el despido, que vaya coincidencia, nunca suele ser el suyo.
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