
LOS ORTODOXOS RUMANOS CANTAN SU FE EN SANTANDER.
Esta comunidad de nueve mil ciudadanos, incluidos los moldavos, practica sus ritos en la antigua ermita militar de General Dávila. Las misas de los sábados por la tarde y del domingo por la mañana se atestan de fieles.
La comunidad rumana en Cantabria cuenta con 9.000 personas aproximadamente. Estos inmigrantes llevan una vida tranquila, bastantes disponen de una formación cultural universitaria.
Sorin Tomutiu (Mures, Transilvania, 1974) estudió cinco años en la Universidad Ortodoxa de Teología de Bucarest. Casado con su compatriota María Cristina y padre de dos hijos, Alejandro y María, reside en Cueto. Los ingresos que recibe la parroquia (un bautismo, 129 euros, y un matrimonio, 220 euros) se transfieren a una cuenta a nombre de la Parroquia Ortodoxa de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo.
Sorin Tomutiu, que agradece las facilidades otorgadas por el Obispado para la cesión gratuita de la ermita de General Dávila, con un contrato renovable anual, se viste en las misas con una túnica blanca que le cubre los pies y un crucifijo. La misa se sigue de pie, salvo en momentos de máxima devoción como la lectura del Evangelio y la consagración de la sagrada forma, en el que la mayoría de los creyentes se arrodillan.
España, Italia y Portugal representan los destinos predilectos de la diáspora rumana. El perfil del rumano `tipo' que llega a Santander "es mitad universitario, incluso con dos carreras, y aquí trabajan en la construcción y en la hostelería". Cuando se le pregunta por la vinculación de delincuencia con un rumano, considera que esta generalización es injusta.
El patriarca de Bucarest es el máximo representante de la Iglesia Ortodoxa de Rumanía. La Iglesia Ortodoxa Rumana es una de las iglesias autocéfalas integradas en la comunión ortodoxa.
Maxi de la Peña (El Diario Montañés) 3-05-09
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