Orador brillante
El sacerdote segoviano no pasó desapercibido porque acudía al Congreso de los Diputados con sotana y todo; pero no tardó en darse a conocer por su oratoria brillante, su mensaje directo y su defensa de la democracia. Ignacio Carral, cronista en aquellas sesiones memorables que protagonizaron hombres de la talla de Azaña, Alcalá Zamora, Prieto, De los Ríos o Lerroux, dejó constancia de ello: «Los periodistas que atisbamos el hemiciclo desde la tribuna de prensa hemos seguido durante media hora las frases elocuentísimas del señor García Gallego, sus bellas imágenes retóricas, sus apóstrofes enérgicos, todo envuelto en el revolar continuo de sus brazos».
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