jueves, 4 de noviembre de 2010

Beato Bertrán de Garriga (XIX)


Los últimos años de Santo Domingo fueron de una fecundidad sorprendente. Viajes, fundaciones, visitas a monasterios, negociaciones con el papa, con los prelados y con los príncipes, envíos de misioneros a las regiones más remotas y un celo infatigable en la predicación, que se traducía en nuevas y escogidas vocaciones. Preocupado por la organización de la Orden, aún pudo celebrar los dos primeros capítulos generales. En el segundo, el año 1221, celebrado también en Bolonia, se dividió la Orden en ocho provincias, siendo nombrado Fr. Bertrán de Garriga prior provincial de la región meridional francesa, llamada Provenza. Uno de sus principales cuidados, sobre todo al morir el santo fundador, fue el sostenimiento y aliento de las monjas de Prulla, procurando conservar el espíritu que Santo Domingo les había infundido. Y, fiel discípulo suyo, recorrió a pie el Languedoc predicando y atrayendo a las gentes con su ejemplo, levantando muchos conventos...

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