miércoles, 3 de noviembre de 2010

Beato Bertrán de Garriga (XVIII)


También el Beato Jordán relata otro milagro que le contó Fr. Bertrán. En cierta ocasión, viajando con el bienaventurado Domingo, estalló una gran tormenta y la lluvia inundaba los caminos. Entonces el maestro Domingo hizo la señal de la cruz, y pudieron proseguir la marcha sin que el agua les tocase, formándose una especie de cortina protectora a tres codos de distancia según andaban. este hecho tuvo lugar entre Montreal y Carcasona. La devoción popular para perpetuar este suceso levantó una ermita, que la revolución francesa destruyó, erigiéndose en su lugar el pasado siglo un monumento con la siguiente inscripción: "Aquí en el siglo XIII fueron milagrosamente preservados de la lluvia torrencial el glorios Santo Domingo y su compañero San Bertrán de Garriga. Santo Domingo y San Bertrán, rogad por nosotros y libradnos de las tormentas".

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