www.osma-soria.org (16-2-2013)
El pasado jueves 7 de febrero, la Delegación de ecumenismo de nuestra Diócesis de Osma-Soria fue amablemente invitada por el P. Gabriel Danila, sacerdote de la comunidad ortodoxa rumana en Soria, y su esposa Camelia, a ir a Pamplona a conocer el templo en el que celebra la comunidad ortodoxa de Pamplona, con su párroco, el P. Ion Raducu, al frente.
Cuando llegamos a la pequeña iglesia, y fuimos recibidos por el P. Ion Raducu, que nos abrió las puertas con emoción, pudimos descubrir muchas cosas, no sólo la evidente y llamativa belleza del templo o el entusiasmo del P. Ion al explicarnos cada detalle de la iglesia y la génesis de la misma, o los preciosos iconos y el bello iconostasio… lo que con más fuerza pudimos descubrir, sentir y vivir fue el amor que estos hermanos, con su cálida acogida y sincera fraternidad, tenían tantas ganas de darnos.
Todas las paredes del interior están cubiertas con iconos preciosos y muy coloristas que representan a los evangelistas, los apóstoles, los santos, ángeles, arcángeles, imágenes con pasajes bíblicos o escenas de milagros. El interior no tiene sillas, sólo unas cuantas para algunas personas mayores o enfermas.
Y así es, cubriendo una parroquia de unas 6000 personas, cada día, a las siete de la tarde se celebran en el templo reuniones de oración; los domingos celebran la Divina Liturgia a las diez de la mañana; durante la semana también se reúnen para que los niños reciban lecciones de cultura, historia y geografía rumanas.
Especialmente impactante fue el momento en el que el P. Ion nos enseñó un icono en el que se representaba a los mártires del régimen comunista en Rumanía, que se estima pudieron ser de unos dos millones, cristianos que murieron en los campos de trabajo y las cárceles comunistas.
Embebidos en el ambiente de paz que se respiraba en el templo y muy emocionados por el encuentro, vivimos un momento de gran belleza cuando el P. Ion y el P. Gabriel, con sus preciosas voces, cantaron desde el coro uno de sus cantos litúrgicos, profundo, perfecto, casi celestial… reflejo de la honda espiritualidad ortodoxa que ha permitido que tantos cristianos, con tanta fe y amor a Dios, hayan ido superando tantas pruebas y hayan sido testimonio vivo del amor de Cristo en medio de las circunstancias más adversas de la historia.
Delegación episcopal de ecumenismo
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