jueves, 8 de agosto de 2013
Castillo Pedroso
BOICOT AL PÁRROCO
Vecinos de Castillo Pedroso se rebelan contra el cura y piden su cese al Obispado
Le acusan de actitudes "intransigentes" y han dejado de ir a misa. El sacerdote, que ha declarado "non grata" a una feligresa, dice que "ha habido violencia"
Don Enrique acusó a una vecina de "llevar por las casas el veneno en la boca"
El clérigo dice que, si no van a misa, "ellos sabrán", "aún tengo un grupito majo de fieles"
Los vecinos de Castillo Pedroso, un hermoso y apacible pueblo situado en el corazón de Cantabria, se han rebelado contra su cura, Enrique Helguera Queveda.
El malestar viene fraguándose durante meses, años dicen algunos, pero las obras ejecutadas en la iglesia por el sacerdote han provocado un cisma total entre el pueblo y su párroco, y episodios dignos de la novelística galdosiana.
Tamaña ofensa no ha podido ser digerida por los vecinos, que colgaron un cartel en la puerta del templo: "Todos somos Soledad", en referencia a la expulsada de la iglesia.
El Obispado calla mientras mantiene al religioso en su puesto.
"Ellos sabrán lo que hacen", comenta a través del teléfono al ser preguntado por el plante de los parroquianos, sabedor de que cuenta con el apoyo de la jerarquía eclesiástica.
Pero ¿por qué un pueblo que se confiesa mayoritariamente católico practicante, se declara en rebeldía y condena a su párroco hasta el punto de mover Roma con Santiago para lanzarle de Castillo Pedroso?
En el jardín del bar del pueblo 'Torrente II' se agolpan más de una docena de parroquianos deseosos de entrar en materia.
El grupo quiere dejar clara su postura. En el verano de 2012 todo eran rumores en Castillo Pedroso, y los parroquianos, siempre tan devotos y entregados a su iglesia, se sintieron ninguneados por el clérigo. El sacerdote no se amilanó y ejecutó la obra. Para don Enrique supuso una afrenta. La situación se fue enredando.
Dos fieles, Josefa Fernández Álvarez y Soledad Fernández, escribieron personalmente a monseñor Jiménez. La carta no fue respondida por el obispo, sino por el mismísimo Enrique Helguera, que lo hacía para comunicar a la feligresa que, "con mucho dolor en el corazón", era declarada "persona 'non grata' y, en adelante, de no haber una pública retractación, no será acogida en esta parroquia".
Enrique Helguera, párroco, presidente mayor y abad de la Cofradía del Carmen, se lo dejaba muy claro en otra misiva, con copia al obispo: "Usted, con su actitud irresponsable, ha sembrado el pueblo de Castillo Pedroso de cizaña y ha llevado por las casas el veneno en su boca".
Las cartas del clérigo fueron expuestas en la puerta de la iglesia, para mayor escarnio de la devota. El sacerdote explica el incidente en otros términos. Los feligreses dicen que pedirán al alcalde de Corvera de Toranzo que medie.
Consuelo de la Peña (El Diario Montañés) 14-07-13
http://www.eldiariomontanes.es/
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