sábado, 11 de julio de 2015
Cáritas de Santander
CÁRITAS ALERTA SOBRE EL AUMENTO DE "TRABAJADORES POBRES" EN CANTABRIA
La institución denuncia que la precarización del empleo obliga a personas con un contrato laboral estable a pedir ayuda para acabar el mes
"El trabajo dejó de ser un espacio consolidado de derechos para convertirse en espacio de vulnerabilidad
Cáritas Diocesana ayuda a las personas en situación de vulnerabilidad, especialmente a quienes están sufriendo privaciones severas, como la falta de alimentación
El Ayuntamiento dona a Cáritas 157 euros al mes
Tener un empleo, disponer de un contrato de trabajo regulado, levantarse cada mañana para ir a trabajar, y a pesar de todo verse obligado a pasar por Cáritas para pedir ayuda para comer, pagar la luz, el agua o los recibos más perentorios no son ahora mismo situaciones incompatibles en Cantabria.
Y con sus datos, y con el análisis de la realidad directa que comprueban en quienes cada día llaman a su puerta, los responsables de esta institución de ayuda social aseguraron que la realidad que viven cada día tienen poco que ver con los datos económicos y de empleo que aporta el Gobierno.
Hay muchas familias de trabajadores en activo que no llegan a fin de mes porque "la precarización laboral está llevando a estos trabajadores a pedir ayuda".
Sobre esta realidad de la que advierte Cáritas, "los trabajadores pobres", hablan los datos estadísticos (INE) que señalan el nivle de empleo parcial que se contabilizan en España y Cantabria.
Esta situación lleva a un amplio grupo de trabajadores en activo a acudir a Cáritas para no perder los mínimos de existencia. Esta alerta lanzada desde Cáritas se avala por un hecho constatado por la frías estadísticas.
Los responsables de Cáritas Diocesana de Cantabria, José Luis Arango, José Olano, delegado diocesano, y Francisco Sierra, secretario general, presentaron la memoria del año pasado que habla extraordinariamente bien de la solidaridad de los ciudadanos y que deja algunas instituciones en un perfil, cuanto menos, cicatero.
Después de dejar en evidencia la existencia de lo que podía parecer una antítesis -trabajador y pobre- los dotas que ofrecieron fueron preocupantes. En este contexto, Cáritas Diocesana de Santander ha dado respuesta a más de 5.700 personas (un 3.06% más que en 2013).
Que lo mejor que tiene los ciudadanos es la solidaridad mutua, ya que han sido los que más dinero aportaron el año pasado a Cáritas, ha quedado demostrado un año más.
El mayor grueso del dinero se gastó en atención primaria, esto es, en las necesidades perentorias de la parte de la sociedad que peor lo está pasando.
El Ayuntamiento de la capital ha ido bajando paulatinamente su aportación hasta dejarla el año pasado en 1.884 euros (157 euros al mes).
Nieves Bolado (El Diario Montañés) 5-06-15
www.eldiariomontanes.es
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