El cura que inspiró el personaje de Sotileza vivió en el número diez de al calle Cisneros
Una placa lo recuerda, "pero pasa desapercibida y nunca me preguntó nadie", dice el vecino que ocupa la segunda planta, en la que estaba la casa del sacerdote
Su imagen aparece reflejada en el monumento a Pereda o en el mural de la calle Alta
"Fraile caritativo hasta el extremo de quedarse sin camisa para ayudar", le describen
Hay historias que siempre andan rondando la cabeza, pero rara vez se posan en la tierra. Para no destripar la novela, lo mejor es decir -tirando de resúmenes y estudios- que el personaje viene a ser un "fraile caritativo hasta el extremo de quedarse sin camisa o sin comida para ayudar a los demás".
Y no por faltas de huellas. Se sabe, por ejemplo, que Apolinar fue el último religioso que habitó el convento de San Ildefonso de Camino (en Ajo), que solía dar misa en la parroquia de San Francisco y que vivió la etapa de crecimiento de la ciudad y su transformación. Es la estampa que ha quedado de Apolinar. Pero, más allá de alguna referencia muy de tarde en tarde, la placa pasa desapercibida.
Álvaro Machín (El Diario Montañés) 12-07-15
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