SEMANA SANTA

25 de marzo. LUNES SANTO, feria

- Is 42, 1-7. No gritará, no voceará por las calles.
- Sal 26. El Señor es mi luz y mi salvación.
- Jn 12, 1-11. Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura.

Isaías anuncia con prodigiosa intuición profética las humillaciones de Jesús, que con firmeza como de roca se entrega al furor de sus atormentadores. Pero ¡qué poca cosa son ellos! Se gastarán como vestido viejo, roído por la polilla.

Seis días antes de la Pascua judía, tal vez el viernes o sábado pasado, se celebró el banquete en casa de Simón leproso. Sentado a la mesa, Jesús recibe con benignidad el delicado obsequio de la Magdalena, que lo unge como para la sepultura, y defiende a aquella santa mujer de las recriminaciones del traidor Judas.

Oración:
Dios misericordioso, mira la fragilidad de nuestra naturaleza, y levanta nuestra débil esperanza con la fuerza de la resurrección de tu Hijo. Que vive contigo.