Los aplausos atruenan, y don Jerónimo, sin renunciar a su catolicismo, continúa esbozando un discurso que se aproxima a las tesis de la izquierda: «Hay que mejorar el salario -sentencia- y darle carácter familiar, llegar hasta la participación en los beneficios, hermanando capital y trabajo, y conceder a los obreros lo que se debe conceder según un amplio espíritu de justicia cristina social».
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