
"AUNQUE HAYA MÁS RECHAZO, LO IMPORTANTE ES LA ENTREGA"
EMILIO MAZA SEMINARISTA DE CORBÁN Y NUEVO DIÁCONO.
El obispo ordenó al joven, natural de Ramales, durante una eucaristía en la catedral a apartir de las 18 horas.
Hay "miedo y alegría" en Emilio Maza, pero se siente "feliz" porque ha conseguido lo que siempre había querido desde que entró en el seminario de Corbán con 29 años. "Hoy en día todo se ha retrasado", dice explicando su ingreso en Corbán.
Maza se encontraba en esos días previos retirado en la abadía costerciense de Cóbreces. Para el joven, este acontecimiento supone "un compromiso" que implica "una responsabilidad grande" porque ya "le respondes definitivamente sí al Señor" en un momento en que "aunque haya más rechazo, lo importante es la entrega".
En la ordenación, los diáconos reciben una gracia sacramental propia y, en comunión con el Obispo y su presbiterio, sirven al pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la Palabra y de la caridad. Un diácono queda constituido como un mensajero de la palabra de Cristo y aunque no puede consagrar, sí son colaboradores del obispo y de los sacerdotes en la celebración de la Eucaristía y pueden dar de comulgar a los fieles.
M. San Miguel (El Diario Montañés) 8-12-09
http://www.eldiariomontanes.es/
EMILIO MAZA SEMINARISTA DE CORBÁN Y NUEVO DIÁCONO.
El obispo ordenó al joven, natural de Ramales, durante una eucaristía en la catedral a apartir de las 18 horas.
Hay "miedo y alegría" en Emilio Maza, pero se siente "feliz" porque ha conseguido lo que siempre había querido desde que entró en el seminario de Corbán con 29 años. "Hoy en día todo se ha retrasado", dice explicando su ingreso en Corbán.
Maza se encontraba en esos días previos retirado en la abadía costerciense de Cóbreces. Para el joven, este acontecimiento supone "un compromiso" que implica "una responsabilidad grande" porque ya "le respondes definitivamente sí al Señor" en un momento en que "aunque haya más rechazo, lo importante es la entrega".
En la ordenación, los diáconos reciben una gracia sacramental propia y, en comunión con el Obispo y su presbiterio, sirven al pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la Palabra y de la caridad. Un diácono queda constituido como un mensajero de la palabra de Cristo y aunque no puede consagrar, sí son colaboradores del obispo y de los sacerdotes en la celebración de la Eucaristía y pueden dar de comulgar a los fieles.
M. San Miguel (El Diario Montañés) 8-12-09
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