lunes, 28 de julio de 2008

La socarreña


Madrid será capital de los jóvenes católicos, palabrita de sumo pontífice, para el 2010, si Dios quiere o no lo remedia. Algo bueno tiene, el cardenal ha sonreido y las secuelas de la falta de riñón han desaparecido de su cara. Lo que no parece que esté muy bien es que la fiesta la organice sin consultar antes al Gobierno que será el que tenga que soltar el vil metal.

Es como organizar una fiesta en ausencia de los padres y encima pedirles dinero para comprar el botellón. Jóvenes del orbe católico invadiran pacíficamente el manisfestodromo del Reino, esta vez no será ni contra nadie ni contra nada, para que no se enfade el que paga. La imagen será curiosa, miles de jóvenes en Madrid mientras las iglesias seguiran viejas y vacias ¿donde se meten estos jóvenes el resto del año?

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