sábado, 23 de agosto de 2008

La socarreña


Retablo de la Virgen del Carmen. Convento de la Santa. Casa natal. Ávila.

Va pasando el verano y parece que hasta jerarquía y clero dormitan. Pocas polémicas, pocos sermones destinados a convertirse en titular por obra y gracia de la prensa, pocas polémicas a la hora de presidir procesiones y demás actos religiosos. Parece como que la estación, este año, no sea propicia para perseguir a la turba de ateos y de agnósticos, cuyo único fin, según anuncian algunos, es la desaparición de tan milenaria institución: la Iglesia.

Pero por este año se ha vuelto a sacar en procesión a la Virgen, a la patrona de miles de ayuntamientos, alcaldesa honoraria de muchos otros, y peperos, socialistas, izquierdosos, nacionalistas y demás arco parlamentario detrás, participando en tradiciones que forman parte de su vida y de su memoria más o menos histórica. Quizás el truco esté en abrirse a nuevas tradiciones e integrarlas, manteniendo las propias, y que no tienen pinta de hacer mal a nadie.

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