martes, 16 de septiembre de 2008

la cucharrena


Puerta del Carmen, Murallas de Ávila.

No es ya Cataluña la puerta por donde llega al resto del Estado lo moderno y vanguardista. No es estar a la última hacer fila y ponerse a gritar e insultar a los representantes democráticos elegidos por los que no piensan igual que nosotros. Más que marcar estilo, marca el nivel hasta donde llega la riada de los mal entendidos nacionalismo: los unos gritando que Puyol hablase en castellano y los otros cegados por la luz de la estrella, lo mismo pero al revés.

Aquí, dicen las malas lenguas, que los de Mazcuerras lloraban porque la gente decía que los de Ruente eran más burros que ellos. Pues todo es intercalar las palabras Cataluña y Madrid y el resultado será el mismo. En este país los políticos solo se ponen de acuerdo en rerpartirse el poder judicial, de cuyo consejo general se sabe que es el único que nunca pedirá la independencia.

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