Estos actos de Domingo conmovieron a Palencia; y entre estudiantes y profesores se produjo tal movimiento de piedad y caridad, que se hizo innecesario vender libros ni vender personas, sino que de las arcas, en que se hallaba escondido, salió en seguida dinero suficiente para todo. Y hasta salieron de aquí algunos, que luego, al fundar Domingo la Orden, le siguieron, consagrándose a Dios hasta la muerte. Y no sólo por Palencia corrió la voz de estos hechos, sino por todo el reino de Castilla, dando lugar a que el obispo de Osma. D. Martín Bazán, que andaba bunscando hombres notables para su cabildo, viniese a Domingo, rogándole que aceptase en su catedral una canonjía.
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