Insigne apóstol del siglo XIX, ejerció primero el ministerio parroquial, que dejó por las misiones y Ejercicios espirituales, con que evangelizó a casi todos los pueblos de Cataluña e Islas Canarias. Obligado a recibir el oficio pastoral, gobernó santísimamente la diócesis de Santiago de Cuba, terriblemente perseguido por los impíos. Vuelto a España, fué confesor de Isabel II, escritor fecundísimo y entusiasta propagador de la prensa católica. Su obra cumbre fué la Congregación de Misioneros Hijos del Corazón de María, que tan fecundo apostolado ejercen, principalmente en España y América. Fué canonizado en 1950.
Santoral:
San Antonio María Claret, obispo; San Rafael Arcángel; Beato Luis Guanella, presbítero; y Jerez de la Frontera, Dedicación de la Iglesia propia de los Cartujos.
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