sábado, 15 de noviembre de 2008

Los Cuerpos Santos


La leyenda de los Cuerpos Santos, el camello volador y el Toro Jubilo

Toni Palmer (Heraldo de Soria)
La villa de Medinaceli comienza hoy, a las 11.00 horas, las fiestas en honor de los Cuerpos Santos, con la celebración de la misa de la Santa Espina, en la iglesia de Santa Isabel, sita en el convento de las Clarisas, al término de la cual se procederá al traspaso de 'poderes' e insignias, entre los comisarios (mantenedores de la fiesta) salientes y entrantes.Será el principio de las fiestas de los Cuerpos Santos, en los que se incluye el ancestral festejo del Toro Jubilo. Cinco hogueras arden en la plaza todo el tiempo que el toro permanece en ella, cinco hogueras como homenaje in memoriam de los mártires, Arcadio, Probo, Pascasio, Eutiquiano y Paulino, los Cuerpos Santos.

Dicen los historiadores que el Toro Jubilo no tiene nada que ver con el culto a los Cuerpos Santos ya que es mucho anterior, pero los medinenses los vinculan estrechamente en sus leyendas. Y es por ello que el festejo del toro embolado se incluye en el programa de fiestas de los Cuerpos Santos. Extraña es la historia de estos cinco santos varones, puede que priscilianistas, nacidos en Salamanca en el siglo IV, que encontraron la muerte, o ésta les encontró a ellos, tras ser torturados en las costas septentrionales de África. Cuenta la leyenda que una ballena trasladó sus cadáveres hasta Cádiz y allí los recogió un camello volador que los trajo hasta Medinaceli, aunque su destino era Toledo.

Los investigadores menos fantasiosos defienden que quien trajo los restos de los mártires, fueron dos bueyes, tirando de una carreta. Si damos por buena la versión del camello, concluyen los historiadores, que tras tan arduo esfuerzo el camello expiró a las puertas del Beaterío de San Román, que en aquellos tiempos era sinagoga. Durante muchos años, hasta que el templo de San Román se vino abajo, hace algo más de veinte años, se conservó, estaban a la vista y se podían tocar, una presunta costilla de camello (algunos defienden que era de ballena y otros de un elefante del cercano yacimiento de Ambrona) y un cofre conteniendo los despojos de los cinco mártires.La costilla, fuera de lo que fuera, se perdió con el derrumbe de la iglesia de San Román, no así las reliquias de los Cuerpos Santos y el cofre, que en su día elaboraron las monjas del Beaterío, a partir de una vieja puerta de madera. Este cofre se trasladó a la colegiata y actualmente forma parte de la exposición, "Las edades del hombre", que podrá verse en Soria próximamente.Las reliquias de los Cuerpos Santos (que Caro Baroja califica de dudosas) se encontraron el 4 de junio de 1581, según Antonio Dauder.

El obispo Minguella afirma que la festividad de los Cuerpos Santos comenzó a celebrarse el 13 de noviembre de 1610. El voto del Cabildo, colegiata y villa fue en 1627 y el traslado de las reliquias ocurriría el 15 de octubre de 1629, según dicho prelado.Otra versión de la leyenda habla de la llegada de tales reliquias en tiempo de los godos a la iglesia de San Román, guardadas en un carro tirado por dos bueyes sin guía que ipso facto cayeron muertos. Una tercera versión señala que los Cuerpos Santos fueron transportados por un toro con candelabros encendidos en los cuernos, como justificación a su vinculación con el Toro Jubilo.

Tampoco se sabe ciertamente el nombre de los Cuerpos Santos que la tradición y el Martirologio Romano llaman Santos Arcadio, Pascasio, Probo y Eutiquiano, martirizados en África por los vándalos del rey Genserico, siendo Paulino un niño y hermano de Pascasio y Eutiquiano, que tras ser azotado por no renegar de la fe cristiana fue convertido en esclavo. Con tantas versiones sobre la veracidad de estas leyendas, no es extraño que surgieran en Medinaceli, cantares populares, como el siguiente: "Yo he visto volar un buey en lo profundo del mar/ y a una torre andar a gatas/ y a un burro pelar patatas".

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