En 1213, calmada un poco la guerra, aparece Domingo predicando la Cuaresma en Carcasona. En esta ciudad, emporio de la herejía, peligraba hasta la vida de los predicadores; se les escupía, se les tiraba piedras y barro, se les dirigía toda clase de insultos y calumnias; y precisamente por eso Domingo tenía a esta ciudad un especial cariño. El obispo le nombró vicario suyo in spiritualibus, es decir, en cuanto a la predicación, al confesionario, a la ministrativas. Al año siguiente le nombró capellán suyo, es decir, párroco en Fangeaux (25 de mayo de 1214). En 1215, el arzobispo Auch, con voto unánime de sus canónigos, quiso hacerle obispo de Conserans, diócesis sufragánea suya. Domingo vuelve a resistirse con invencible tenacidad.
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