Taller de Restauración

Recuperar el patrimonio soriano

El taller de restauración continúa su trabajo en los patios del Seminario Diocesano Santo Domingo de Guzmán bajo la tutela del vicario de Patrimonio, Juan Carlos Atienza y la restauradora, Francisca Diestro

Sandra de Pablo. El Burgo (Herando de Soria)
El taller de restauración y depósito diocesano de obras de arte continúa su trabajo en los patios del Seminario Diocesano Santo Domingo de Guzmán bajo la tutela del vicario de Patrimonio, Juan Carlos Atienza y la restauradora, Francisca Diestro. Son numerosas las obras en las que trabajan y que custodian y tan sólo añoran poder disponer de más horas para poder seguir mimando el patrimonio soriano.El taller y el depósito llevan funcionando seis años, desde el 13 de julio de 2002, cuando el entonces obispo diocesano, don Francisco Pérez González, inauguró las instalaciones. Desde entonces son muchas las piezas que han pasado por el taller ya que según comenta Francisca Diestro, "somos todos conscientes de la cantidad de patrimonio que tenemos en Soria, de la falta de recursos cuando muchas veces no se puede llegar a todos los rincones de nuestros pueblos", con este taller también se procuraba "llegar a cualquier pueblecito en el que al menos tenemos una iglesia y una ermita y cuando se acercan las fiestas a todos nos gusta que las imágenes estén en las mejores condiciones posibles".

Diestro considera que ha habido una evolución importante en este sentido, "creo que la gente cada vez es más consciente de lo que tiene, del valor que tienen las cosas y de la necesidad de conservarlo y protegerlo". Añade que es cierto que hay casos de iglesias en las que lo prioritario es solucionar aspectos como reparación de cubiertas y arreglos de calefacción o pintar la iglesia pero "le está llegando también el momento a estas piezas o al retablo mayor que tenemos mucho en Soria y muy bueno y eso hay que cuidarlo".

Voluntariado Desde el taller siempre han buscado impulsar el trabajo con voluntarios "empezó un grupo muy numeroso, abrimos el taller con un curso de formación que duró el mes de julio con entre 25 y 30 personas". Poco a poco, con el tiempo, con un motivo u otro la gente ha ido descolgándose del voluntariado, según Diestro "la restauración es curioso porque no es una actividad que la gente conozca y pronto puede llegar la desidia cuando se ve lo lento que puede hacerse el proceso". Sin embargo el taller cuenta con un grupo permanente de colaboradores, cercano a las diez personas "que siguen viniendo todas las semanas, en mayor o menor medida, pero que siguen participando desde entonces, están conmigo desde le principio y ya llevamos seis años trabajando". Francisca Diestro recuerda que aún siguen abierto a esta fórmula de colaboración a través de voluntarios, añade que pueden recibir gente durante todo el año.

Ahora mismo en el taller cuentan con numerosas imágenes en proceso de restauración, otras que esperan para ser restauradas y otras con el trabajo ya concluido pero que aún no pueden trasladarse a su lugar de origen.