jueves, 22 de octubre de 2009
SANTA JUANA DE AZA (XII)
No importa enlazar esta palabra con la última palabra de una vida. La muerte de Juana tuvo que ser otra manera de dar. La que tan bien conocía el arte de dar, y de dar con alegría, ¿no había de encontrar su propio estilo a la hora de dar lo mejor que le quedaba: la vida? Juana murió dicen que en Peñafiel, pero ni siquiera después de haber muerto dejó de recibir peticiones. Cuando faltaba la lluvia, la gente se acordaba de Juana. Cuando la langosta aparecía, la gente acudía a Juana. Y Juana seguía arreglándoselas para dar. Y es que una madre de familia sabe mucho de eso: de dar... y sonreir.
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