¡Oh Sabiduría y Sabor de la vida, presencia suave y fuerte de Dios en la entraña del mundo!
¡Oh Adonai liberador, zarza ardiente que abrasa y cura nuestras heridas!
¡Oh Raíz del árbol de la historia, de la que vuelve a retoñar la esperanza cansada!
¡Oh Sol, luz amiga en nuestras muertes y sombras!
¡Oh Deseado de los pueblos olvidados antes y después de la crisis financiera, pueblos de nuestra misma arcilla!
Las cartas de José Arregui para creyentes del siglo XXI
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