lunes, 5 de octubre de 2015

Ermita de La Soledad


Una colecta popular apela a la solidaridad vecinal para restaurar la ermita de La Soledad

El tejado, la cámara bufa y el suelo son las principales actuaciones previstas en el templo.

Al apoyo ciudadano y a las instituciones recurrirá la parroquia del Espino para sufragar la restauración de la ermita de La Soledad, cifrada en cerca de 90.000 euros, una actuación esencial para que recupere su mejor cara un templo con mucho encanto y muy emblemático.

Tras el visto bueno de la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural, la restauración parece más cercana y de hecho el párroco del Espino, Tomás Oliva, que en su momento aspiraba a que la obra estuviera lista para la llegada de los rigores del invierno, confía ahora en que "en los próximos meses" pueda verse por fin realizada.

Explicó Oliva que ahora es el Obispado el que debe aprobar la actuación, después habrá que pedir los permisos correspondientes al Ayuntamiento y ver qué empresa se hará cargo de la misma.

"Las obras en las iglesias de la provincia se financian por medio del acuerdo entre el Obispado y la Diputación. Las de la capital, sin embargo, siguen otro sistema. Aquí hay gente suficiente y la ermita de La Soledad es muy querida. Recurriremos a la gente y a las instituciones para lograr los fondos", expresó el religioso.

Y es que además de un papel religioso, la ermita tiene un papel "muy social" en Soria. La obra estará divida en tres partes.

La ermita de La Soledad fue construida en el siglo XVI por mandato de los condes de Gómara.

Se trataba de la ampliación de un antiguo humilladero, un punto de veneración religiosa y también el lugar donde se daba sepultura a los ajusticiados, auspiciado por la Cofradía penitencial de la Vera Cruz y el propio Ayuntamiento de Soria que, en el año 1552, aportó la suma de 13.300 maravedíes para su construcción, según consta en los libros de Actas del Consistorio.

Tras la ampliación del edificio, en que los condes de Gómara depositaron la imagen de la Virgen de las Angustias, hoy conocida como Virgen de la Soledad, de la que toma nombre la ermita, donaron la ermita a la parroquia del Espino, a la que pertenece desde entonces.

En el interior del templo se albergan tres tallas de gran devoción y valía artística: la Virgen de la Soledad, que data del siglo XVI, y el santo Cristo del Humilladero, que se sacan en procesión el Jueves y el Viernes Santo, así como el Cristo yacente.

A partir del siglo XVII el templo se convirtió en el lugar donde se custodiaban las tallas procesionales de Semana Santa y de donde partían muchos de estos cortejos sacros.

A.E./S.A. / Foto: Luis Ángel Tejedor (Heraldo de Soria) 26-09-15

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