sábado, 24 de junio de 2017
XI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
24 de junio. SÁBADO. NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA, solemnidad. Esta solemnidad se celebraba ya en tiempos de san Agustín. En Juan Bautista, que señala al Mesías, culmina todo el antiguo Testamento.
Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista. Precursor del Señor, que, estando aún en el seno materno, al quedar lleno del Espíritu Santo, exultó de gozo por la próxima llegada de la salvación del género humano. Su nacimiento profetizó la Natividad de Cristo Señor, y su existencia brilló con tal esplendor de gracia que el mismo Jesucristo dijo no haber entre los nacidos de mujer nadie tan grande como Juan el Bautista (elog. del Martirologio Romano).
- Is 49, 1-6. Te hago luz de las naciones.
- Sal 138. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente.
- Hch 13, 22-26. Juan predicó antes de que llegara Cristo.
- Lc 1, 57-66. 80. Juan es su nombre.
Cuando el hijo de Zacarías e Isabel fue circuncidado no recibió el nombre de su padre, sino "Juan", que significa "fiel a Dios". Con ello se significó la especial vocación de aquel niño de ser profeta del Altísimo, porque fue delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación. Él fue escogido para mostrar a las gentes el Cordero que quita el pecado del mundo. Él bautizó en el Jordán al Autor del bautismo, y el agua viva tiene desde entonces poder de salvación para los hombres y las mujeres. Y él dio por fin su Sangre como supremo testimonio por el nombre de Cristo.
Tres natividades celebra la Iglesia: la de Cristo, la de la Virgen y la de San Juan; porque de solos estos tres sabemos que fueron totalmente santos en su nacimiento. San Juan es el más grande de los profetas, y más que profeta, porque preparó inmediatamente los caminos para la entrada en el mundo del Salvador, y señaló con el dedo al Cordero de Dios, al que quita los pecados del mundo. Otra fiesta de San Juan se celebra el 29 de agosto: su Degollación o Martirio; pero no alcanza en solemnidad litúrgica a ésta de su alegre nacimiento, que antiguamente se celebraba poco menos que la Natividad del Señor.
Juan es un hombre del desierto, el último de todos los profetas antiguos. Pretende desinstalar al pueblo, llevarlo al desierto, lugar simbólico del encuentro con Dios, para que el Mesías pueda emprender la Pascua. Juan es un hombre fiel, sensible y exigente. Como todo profeta, también Juan sufre el martirio.
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