“Sentí la llamada de Dios desde bien pequeñita porque no podía ver sufrir a los pobres”
07 de septiembre de 2017
La Hermana Carmen Laguna es natural de Deza (Soria), localidad en la comarca del campo de Gómara; es Hermanita de los ancianos desamparados y sintió golpeada su vida “desde bien pequeñita porque no podía ver sufrir a los pobres”.
Antes de llegar a Cochabamba (Bolivia) donde está ahora ha recorrido muchos kilómetros: ingresó en el Aspirantado de Tafalla (Navarra) donde estuvo 4 años; a los 17 años marchó a Palencia como postulante y, más tarde, fue a Carabanchel (Madrid) y a Cuenca para hacer el juniorado. “Una vez que hice mi Profesión solemne estuve 7 años en Toledo y luego en Azuaga y Sagunto; en este último lugar la Madre General de mi Congregación me pidió que marchara a América, concretamente a Perú, para trabajar con las postulantes”, recuerda. “Con ellas estuve 18 años durante los cuales pasaron más de 600 chicas; hoy más de 200 son Hermanitas. ¡Doy tantas gracias a Dios por esta experiencia, por estas jóvenes tan valientes! ¡Cuántos recuerdos y cuántos regalos de Dios atendiendo en estos años en Lima a más de 500 ancianitos!”, relata emocionada.
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